se oía el latido de su corazón,
cubríanle el cuello los rizos castaños
y toda temblaba de miedo y de amor.
¿Quién tuvo la culpa? La noche callada.
Ya iba a despedirme. Cuando dije "¡Adiós!",
Ella, sollozando, se abrazó a mi pecho
bajo aquel ramaje del almendro en flor.
Velaron las nubes la pida luna...
Después, tristemente lloramos los dos.
¿Qué lloras? Lo comprendo.
Todo concluido está.
Pero no quiero verte,alma mía, llorar.
Nuestro amor, siempre, siempre...
¿Quién es ese bandido
que se vino a robar tu corona florida
no lo quiero escuchar.
y el de él es Satanás.
Un abismo a tus plantas,una mano procaz
que te empuja; tú ruedas,y mientras tanto,
va el ángel de tu guarda triste y solo a llorar.
Pero ¿por qué derramastantas lágrimas?...